La Historia de las Manipulaciones Articulares

Las manipulaciones articulares son hoy una práctica habitual de las consultas de Osteopatía en el todo el mundo. A lo largo de la Historia en los diferentes países siempre ha habido hombres y mujeres que practicaban las manipulaciones y han recibido diferentes nombres (compostores, algebristas, hueseros, bonesetters, rununctorts…). Sin embargo, tenemos que remontamos unos 2.000 años a.C para encontrar los primeros hallazgos de lo que podría ser una manipulación articular, al hallar, en el «Australopiteco robusto de Swartkrans “ (en África del sur), una deformación importante en la cavidad articular del hueso Iliaco que, según los historiadores pudiese ser debido o provocado por las secuelas de un tratamiento reductor.

Otras referencias, sitúan la edad de dichas técnicas un poco más tarde, en torno al año 1500 a.C y en otro lugar, en la India. Más concretamente en los vedas, un conjunto de libros en sánscrito que constituyen la obra maestra de la literatura sagrada Hindú. En ellos se realizan descripciones de manipulaciones articulares y fricciones variadas ( «Samvahana» y «Chamboning»). Por otro lado, se han encontrado esculturas de más de 2000 años de antigüedad que muestran el uso de manipulaciones y estiramientos terapéuticos en la ancestral ciudad de Siam (Tailandia), así como sabemos que los médicos de la dinastía Jin del Norte y del Sur (en China) formulaban procesos en la fase primaria recomendaban las manipulaciones entre los años 265 y 960 antes de nuestra era.

En la antigua Grecia, la medicina era aplicada por los Yatraliptos, entre quienes destaca la figura de Herodikos (500 a.C) quién dio importancia a los tratamientos manuales. De hecho, Hipócrates de Cos (460-380 a.C), padre de la medicina moderna, describe el uso de la fricción en las torceduras y la tracción-comprensión en la columna vertebral lumbar dolorida, como técnicas terapéuticas de primer orden. Tanto es así, que  en el «Corpus Hipocraticum» describe el tratamiento manual de la cifosis lumbares y dos capítulos sobre las articulaciones, palancas y manipulaciones.

En otro gran imperio de la antigüedad como fue el Imperio Romano, Galeno (131-201), médico por excelencia del Imperio, contaba con antiguas obras Quiroprácticas, basándose en sus famosas curaciones en las que explica el uso de manipulaciones cuando la ocasión lo requería.

Por su parte, en la medicina Árabe, resultaba muy común la práctica de manipulaciones vertebrales con fines terapéuticos, tal y como reflejan los libros del famoso Avicena (980-1037). Así avanza nuestra historia hacia la Edad Media, donde la práctica de técnicas manuales eran perseguidas, y las personas que realizaban este tipo de actos eran tratados por la Iglesia como herejes. Tal fue el caso del médico y alquimista suizo Paracelso, despojado de su cátedra por defender las manipulaciones y los masajes. Además, la gran cantidad de epidemias y plagas surgidas en la época, no favorecieron la proliferación de dichas técnicas.

En España, las técnicas manuales llegan de la mano de Miguel León Portilla, aprendidas de los Aztecas. Además, Luis de Mercado, catedrático en Valladolid en el año 1572, es considerado el primer universitario en utilizar las manipulaciones y que intento regular por Orden Real estas prácticas, así como escribió un libro con las normas y requisitos para el examen en el cual él era el Presidente del Tribunal.

No podemos finalizar nuestro recorrido por la historia de las manipulaciones articulares sin hablar de, quizás, una de las figuras más importantes en este campo, Andrew Tailor Still, padre de la Osteopatía, cuya historia, y cómo llegó a crear un método revolucionario en el mundo de las terapias manuales encontrarás en otro de nuestros posts.

Esfenoides. La llave del Cráneo

El hueso Esfenoides es un hueso que forma parte del cráneo y, en muchas ocasiones, es un gran desconocido para aquellos que únicamente están acostumbrados a observar éste desde su parte externa. Recitamos casi de memoria los huesos que forman este gran conjunto: Frontal, Parietales, Temporales, Occipital… En esta lista suele haber dos grandes olvidados, dos huesos que, son poco perceptibles (aunque sí tienen alguna porción a la vista) desde el exocráneo, pero que a su vez son dos estructuras muy representativas. Por un lado encontramos el hueso Etmoides, formando gran parte de las cavidades nasales y, en menor medida, de la cavidad orbitaria y, por otro lado, el hueso Esfenoides.

El misterio que envuelve al hueso Esfenoides comienza con su propia forma, pues parece poseer forma de insecto o de mariposa. Presenta un cuerpo central, con una hendidura en su cara superior de gran tamaño denominada silla turca, que alberga a la glándula Pituitaria o Hipófisis. Ésta es en ocasiones considerada como la «glándula madre», pues controla directamente la producción de hormonas de otras glándulas del organismo. Además, la parte posterior de dicho cuerpo se articula con el hueso Occipital a través de la sutura Esfeno-Basilar (SEB), última zona de osificación de toda la gran bóveda craneal, ya en la edad adulta.

Pendiendo de la parte inferior y lateral del cuerpo del esfenoides, aparecen dos apófisis a modo de «patitas», las denominadas apófisis pterigoides, que darán origen entre otros a dos músculos directamente involucrados en la masticación (los músculos Pterigoideos lateral y medial). Nuevamente del cuerpo, en su poción lateral y anterior, nacen las «alas» de nuestro insecto óseo; por un lado las denominadas alas mayores del esfenoides, que conformarán la sien en su parte más lateral uniéndose al hueso parietal, temporal y frontal en un punto denominado Pterion. Por otro lado, encontramos las llamadas alas menores, abriendo paso desde el interior del cráneo al exterior ya que conforman la parte posterior de la cavidad orbitaria. Entre éstas, aparecen estructuras tan importantes como el Nervio Óptico y la Arteria Oftálmica, imprescindibles para la visión, así como otros nervios craneales involucrados en el movimiento de nuestros ojos.

Se trata, por tanto, de una estructura ósea con un papel fundamental en el trayecto y protección del sistema nervioso, así como está relacionado con la masticación, el habla y nuestros sentidos. Muchos autores además, le colocan el sobrenombre de «la llave del cráneo» ya que es el único hueso que tiene a su disposición articularse con el resto de los huesos del mismo, de ahí que se erija como un hueso «fetiche» para los practicantes de la Osteopatía Sacro-Craneal.

Festejos, Comidas y Digestión.

Comienza ahora una época de festejos y celebraciones, de estar con los seres queridos, y, como no, de juntarse todos alrededor de una buena mesa llena de manjares. Buena bebida, buena comida y mejor conversación, dejan paso a unos recuerdos entrañables en familia, pero…¿está nuestro cuerpo preparado para esos excesos?. Mientras todos celebramos por fuera, ¿qué ocurre por dentro en nuestro organismo?.

El aparato digestivo podemos simplificarlo como un gran tubo que comienza en la boca. De hecho es allí dónde comienza también la digestión, tanto mecánica (al masticar, rompemos el alimento en partículas más pequeñas para facilitar su absorción) como química (con la producción de saliva en las glándulas salivares). El alimento caerá a la parte posterior de ésta (orofaringe) y de ahí discurrirá por el esófago. En aproximadamente 15 segundos tendremos el alimento en la puerta del estómago, atravesará una primera compuerta llamada cardias (esfínter superior del estómago) y comenzará a almacenarse en esta gran bolsa donde pasará las próximas 2-3 horas. En ese momento el estómago comenzará a agitar el alimento y mezclarlo con los jugos gástricos para continuar con su digestión a la espera de poder atravesar la compuerta de salida denominada píloro (esfínter inferior del estómago). De ahí comenzará su andadura por el duodeno, la primera porción de los entre 6 y 8 metros de intestino que le quedan por recorrer, dónde se mezclará con los las enzimas provenientes del páncreas y la vesícula biliar para continuar con ese largo proceso de absorción de nutrientes por el yeyuno e ileon (la segunda y tercera porciones del mencionado intestino delgado, respectivamente). Por si fuera poco, tras dejar el intestino delgado, atravesará otra compuerta denominada válvula ileocecal, para proseguir su andadura por el intestino grueso. Ascenderá por el colon ascendente, transitará por el colon transverso y caerá por el colon descendente para, tras discurrir por el sinuoso colon sigmoideo situado en la fosa iliaca izquierda de nuestro organismo, ver la luz finalmente ya sin más nutrientes que absorber y convertida en heces.

¿No has sufrido nunca dolor de espalda tras una comida copiosa?. Con bastante frecuencia en todo este largo proceso, con el tubo repleto de alimento, el músculo diafragma así como la musculatura abdominal presentan dificultades para poder trabajar en condiciones óptimas, y por lo tanto es posible que aparezcan dolores de columna a nivel dorsal, lumbar e incluso de la cintura escapular.

Así pues, mientras celebramos, reímos y comemos, multitud de respuestas se están desencadenando en el interior de nuestro organismo, por lo que, si no queremos sufrir consecuencias indeseables, hemos de vigilar dichos excesos, no sin antes desearnos todos unas felices fiestas.

Diafragma. El Enigma

El diafragma torácico abdominal es uno de los músculos más potentes e importantes del cuerpo humano. Sin embargo, pocos conjuntos musculares son tan difíciles de comprender y entender.

Se trata de un músculo que se encuentra en la encrucijada de todas las grandes funciones, ya que, entre otras cosas, relaciona y da movimiento a todas las vísceras tanto torácicas como abdominales, a las que soporta, sostiene y ayuda en su funcionamiento.

Su nombre proviene de la palabra «dia», que significa literalmente «a través de» y «fragma», que hace referencia a su forma de «tabique». Este «tabique muscular» alargado transversalmente no puede estar sellado por completo, pues interrumpiría el paso de estructuras de la parte superior del cuerpo a la parte inferior y viceversa, por lo que está perforado por tres grandes orificios o hiatos: uno para la vena Cava Inferior, encargada del retorno venoso de la sangre rica en dióxido de carbono desde la región inferior del cuerpo; otro para el Ésofago, porción del aparato digestivo encargado de trasladar el alimento hasta el estómago; y un tercero, el más posterior, para la arteria Aorta, que transporta la sangre oxigenada hacia la parte inferior del cuerpo. Además, encontramos otros orificios secundarios para el paso de otras tantas diversas estructuras.

El músculo diafragma es conocido de sobra por su labor como el pilar fundamental de la inspiración, realizando miles de contracciones diarias para permitirnos realizar esta función vital para nuestro organismo. Sin embargo, ¿qué ocurre con esas estructuras que lo atraviesan mientras el diafragma asciende y desciende diariamente a lo largo de la vida de un individuo?. Pues ocurre que también se ven beneficiadas por el movimiento de éste. El diafragma no solo participa en la respiración como motor del aparato respiratorio, sino que ayuda en gran medida el retorno venoso, convirtiéndose en una verdadera «bomba venosa» que facilita la labor del aparato cardiocirculatorio, así como repercute en el paso del alimento hacia su trayecto final en el aparato digestivo. No debemos describir al diafragma por tanto como estructura anatómica muscular aislada, si no ponerlo en su contexto como pilar fundamental de tres ejes para el organismo: el Eje Respiratorio, el Eje Circulatorio y el Eje Digestivo.

Nos quedaríamos sin espacio y tiempo suficiente para describir al detalle todo lo que muy por encima acabamos de escribir sobre este fantástico músculo, y ésto no nos da si no una ligera idea de su gran importancia para el cuerpo humano. Por lo tanto, simplemente concluiremos nuestro camino con una frase A. Taylor Still, maestro fundador de la Osteopatía, sobre él:

«Por mí vives y por mí  mueres. Tengo en mis manos el poder de la vida y de la muerte. Familiarízate ahora conmigo y vivirás con facilidad.».

Masaje. Un poco de Historia

La historia del masaje es amplia y se remonta a los tiempos prehistóricos, teniendo sus orígenes en la India, China, Grecia y Roma. La palabra masaje proviene del griego masso, que significa literalmente amasar. Hipócrates, hacia el año 480 a.C, introdujo los términos de anatripsis (frote) y frictio (fricción). En la India el masaje se llamaba shampooing, en China se conocía como Cong-Fou y en Japón se denominaba Ambouk.

El masaje se describe por primera vez en la literatura antigua en el «Nei Ching», texto médico chino escrito aproximadamente 2.500 años antes de Cristo y, sobre el año 1800 a.C., en la India, ya se utilizaba el masaje con fines de adelgazamiento, relajación y descanso. Otros escritos pertenecen a eruditos y médicos como Hipócrates (siglo V a.C.), Avicena (siglo X) y Ambrosio Paré (siglo XVI).

Sin embargo, no fue hasta el siglo XVIII cuando el médico sueco Pierre Henrik Ling comenzó a sistematizar un método de trabajo en el que se combinaba el masaje y los ejercicios de gimnasia para el beneficio de diferentes problemas corporales. Dicho método se difundió con el nombre de Gimnasia Sueca, y años más tarde, tras la muerte de Ling, se escindió el masaje del ejercicio apareciendo el término de Masaje Sueco.

Ya en el año 1920, James Menell, un oficial médico encargado del servicio de masaje del Special Military Surgery Hospital de Londres, pubicó un libro sobre la eficacia del masaje en heridas de guerra. En la introducción de dicho libro se puede leer el siguiente mensaje: «Coincidiendo con el tratamiento quirúrgico, el masaje se puede emplear para aliviar el dolor, disminuir el edema, favorecer la circulación y mejorar la nutrición de los tejidos«.

Podemos observar, por tanto, que la historia del masaje es muy larga, rica y variada a lo largo de todo el mapa mundial, habiéndose asociado al mismo múltiples beneficios para la salud y que constituye hoy en día una herramienta de trabajo en el manejo de personas que presentan diferentes tipos de dolores corporales.

Andrew Taylor Still, padre de la Osteopatía

La Osteopatía fue fundada por un médico estadounidense llamado Andrew Taylor Still (1828-1917). Hijo de un médico, granjero y pastor metodista, desde pequeño fue un apasionado de la vida animal, hecho que provocó que fuera descubriendo la anatomía disecando cadáveres de animales. Además, ayudaba a su padre en las labores de la granja, mejorando las máquinas agrícolas, con lo que descubrió su segunda pasión: la mecánica. Todo esto hace observar y estudiar a Still al cuerpo humano como un complejo sistema de engranajes.

Durante la Guerra de Secesión, fue médico y cirujano en el bando de los confederados adquiriendo una gran experiencia en la anatomía y fisiología del hombre vivo. El año 1865 marca un giro inesperado en su vida: pierde a tres de sus hijos durante una gripe de meningitis cerebroespinal. Esto le hizo obsesionarse con la idea de poder encontrar cómo curar de manera más eficaz y profundizar en el estudio intensivo del cuerpo humano.

En 1874 vive una experiencia determinante en el desarrollo de la Osteopatía: consigue mejorar hasta 17 casos de disentería en una gran epidemia sucedida en aquella época, lo que le lleva a declarar en sus notas personales el 22 de Junio de aquel año,a la edad de 46 años, haber creado la Osteopatía.

Como todo innovador, pasa por una época de dificultades personales y económicas, pues encuentra rechazo en sus colegas médicos y el clero. Entre 1878 y 1885 ejerce la Osteopatía de forma ambulante, adquiriendo tal fama que, al no poder atender personalmente todos los casos que le eran confiados, decide formar a sus hijos, demostrando que la Osteopatía no es un don innato si no que es transmisible.

En el año 1892 Still funda la Escuela Americana de Osteopatía en Kirksville, Missouri. A partir de entonces comienza la gran expansión del movimiento osteopático en Estados Unidos. Finalmente, en el año 1917, Still, ya retirado, fallece entre la admiración y el respeto de sus alumnos y conciudadanos. Ese mismo año, uno de sus alumnos (J.M. Little John) crea en Europa la Escuela Británica de Osteopatía, origen de toda la corriente osteopática en Europa.

Bienvenidos al Blog

Bienvenidos a todos al blog de la Escuela Diaphragma Formación. Un espacio dedicado a las diferentes técnicas manuales y, en un sentido más amplio, a todo lo relacionado con el cuerpo humano y la salud.

El objetivo del blog no está únicamente dirigido a profesionales de las técnicas manuales, si no a todas aquellas personas que deseen saber un poco más acerca de su salud y de las personas que les rodean.

Esperamos que nuestros contenidos os parezcan interesantes así como despierten vuestras inquietudes acerca de algo tan complejo como nuestro cuerpo humano. Además, seguro encontraréis publicaciones que os serán de gran utilidad o ayuda para despejar todas las dudas que os pueden surgir en el día a día.